Con sus defectos y aciertos la reforma fiscal le extiende a los mexicanos la noticia de que no serán los recursos petroleros los que nos saquen de nuestro eterno predicamento de balancear los desequilibrios estructurales de un modelo fallido de desarrollo. Siguiendo la curva de Hubbert y viendo el comportamiento de Cantarell en los últimos años y el nada inusual crecimiento de la matrícula automotriz mexicana gracias a los generosos esquemas de crédito de las armadoras es fácil dibujar el punto de intersección del crecimiento de la demanda de productos petroliferos a nivel nacional y la curva declinante de producción mexicana para llegar al punto en el tiempo en donde México dejará de ser exportador de petróleo. en el caso mas optimista: 2014. en el escenario mas adverso: 2011. en el lapso de este 2007 a entonces PEMEX tendrá que comportarse como empresa y cobrarle la factura a los mexicanos de la exploración desarrollo, mantenimiento de los campos, la refinación y la distribución a los puntos de venta finales de sus productos. Esto es cierto en caso de que decidamos quedarnos con la empresa o rematarla a extranjeros o nacionales. Los profundos yacimientos del subsidio eterno a la ineficiencia nacional se agotan. con su extinción entramos de lleno al siglo XXI.
Este, repleto de escenarios catastrofistas que solo han sido escritos en ingles:
Recordamos los reportes del Club de Roma en el 72 (límites al crecimiento) y su actualización a la vuelta del siglo, inencontrables en librerías. Existe una larga bibliografía en torno al tema. Pero se lee en inglés.
Aquí, todavía estmaos aprendiendo a "administrar la abundancia", eternos párvulos que salimos reprobados o por corruptos o por ineficientes o por lo que sea, pero reprobados. La era de la abundancia
Continúa el diálogo de sordos.
De un lado, los nostálgicos nacionalistas que resisten todas las intentonas, sexenio tras sexenio, desde Miguel de la Madrid de enajenar los recursos energéticos nacionales. Todo esto sin advertir que igual, la riqueza (y el futuro) se dilapida, se cancela. Para ponerlo en términos de un poema retador, muy acorde a la construcción de los mitos nacionales, repleto de héroes cuyos proyectos yacen en ruinas:
Out of the night that covers me,
Black as the Pit from pole to pole,
I thank whatever gods may be
For my unconquerable soul.
In the fell clutch of circumstance
I have not winced nor cried aloud.
Under the bludgeonings of chance
My head is bloody, but unbowed.
Beyond this place of wrath and tears
Looms but the Horror of the shade,
And yet the menace of the years
Finds, and shall find, me unafraid.
It matters not how strait the gate,
How charged with punishments the scroll,
I am the master of my fate:
I am the captain of my soul.
Salido de la noche que me envuelve
Oscuro como un pozo de polo a polo
Agradezco a los dioses que sean
Por mi alma inconquistable
En las garras de fatal circunstancia
No he parpadeado ni gritado desfallecer.
Bajo los golpes de la mala suerte
Mi cabeza sangra pero no se somete.
Más allá de este lugar de ira y lágrimas
No se cierne mas que el horror y la sombra,
Aun así la amenaza de los años
Me halla, y me encontrará incólume.
No importa cuán estrecho el paso,
Cuan cargado con castigo el código,
Soy el amo de mi destino:
Soy el capitán de mi alma.
La monumental soberanía, construida en bronce, libro de texto gratuito; mártires y mármol, no requiere de los ojos abiertos. Cualquier precipicio es bienvenido, si el paso firme se da con propia voluntad. ¿Pero donde está la justificación de esta marcha alegre a un futuro de progreso y crecimiento sostenido en la nada? ¿Cómo, año con año podemos prometer y aceptar sin chistar las promesas de una utopía mexica? Es más, ¿alguien se ha preocupado últimamente de esbozar los linderos de lo posible? Preguntas retóricas. Avanzamos ciegamente a una distopía, a un fundido de todos los bronces en una procesión de Pípilas, tea en mano rumbo a una alhóndiga inexpugnable donde aguarda la enemiga construcción matemática de las frías e imbatibles ecuaciones.
Pero la arenga a las tropas se adecúa a las particulares visiones/alucinaciones de la matriz de donde provienen los sueños de un futuro mejor…
Desde la riqueza adquirida con valentía y astucia del imperio narco, sueño oculto y culposo de la mitad de los mexicanos por debajo de la línea de la honrosa pobreza, en el reino de la miseria; repleta de corridos y sones celebrando el “otro camino” el del libre mercado ilegal de la demanda de sueños, oferta de poderes heroicos y cocaínicos. Hombres cabales que afrontan la muerte y la recetan cotidianamente.
Llegando a las alucinaciones insostenibles de las clases medias:
“En el futuro los científicos descubrirán el truco de cartas que deje atónita a la termodinámica y nos regale energía de algún éter que espera entregarnos las llaves del paraíso.
Paraíso al cual nos trasladaremos veloces en vehiculos poderosos impulsados por hidrógeno y helio extraído de las minas de la Luna sobre una supercarretera en tercer o cuarto nivel .
Claro que suena descabellado, tan descabellado como Calderón ofreciendo a México como
Ambos bandos perfectamente ciegos al precipicio al que se abalanzan en su mortal tango de mutuas descalificaciones y la total ausencia de visión estratégica (o incluso táctica)-
De donde proviene tal ceguera? De entrada,podemos sentirnos tranquilos de que no somos los únicos afectados Leamos a King Hubbert (luego les doy mas detalles de este personaje).
"The World's present industrial civilization is handicapped by the co-existence of two universal, overlapping, and incompatible intellectual systems: the accumulated knowledge of the last four centuries of the properties and interrelationships of matter and energy; and the associated monetary culture which has evolved from folkways of prehistoric origin.
The first of these two systems has been responsible for the spectacular rise, principally during the last two centuries, of the present industrial system and is essential for its continuance. The second (monetary culture), an inheritance from the pre-scientific past, operates by rules of its own having little in common with those of the matter-energy system. Nevertheless, the monetary system, by means of a loose coupling, exercises a general control over the matter-energy system upon which it is super-imposed.
Despite their inherent incompatibilities, these two systems during the last two centuries have had one fundamental characteristic in common, namely exponential growth, which has made a reasonable stable co-existence possible. But, for various reasons, it is impossible for the matter-energy system to sustain exponential growth for more than a few tens of doublings, and this phase is almost now over. The monetary system has no such constraints, and, according to one of its fundamental rules, it must continue to grow by compound interest. This disparity between a monetary system which continues to grow exponentially and a physical system which is unable to do so leads to an increase, with time, in the ratio of money to the out-put of the physical system. THIS MANIFESTS ITSELF AS PRICE INFLATION. It appears that the stage is now set for a critical examination of this problem, and that out of such enquiries, if a catastrophic solution can be avoided, there can hardly fail to emerge what the historian of science, Thomas S. Kuhn, has called a major scientific and intellectual revolution.
La actual civilización industrial mundial se encuentra lisiada por la coexistencia de dos sistemas de pensamiento universales, traslapados e incompatibles:
· El conocimiento acumulado de en los últimos cuatro siglos sobre las propiedades y las interrelaciones de la materia y la energía.
· La cultura monetaria que ha evolucionado desde orígenes prehistóricos.
El primero de estos sistemas ha sido responsable del espectacular crecimiento, sobre todo en los dos últimos siglos del sistema industrial contemporáneo. Asimismo es esencial para su permanencia.
El segundo (la cultura monetaria), una herencia del pasado pre-científico, opera con reglas propias que poco tienen en común con las que rigen a la materia-energía. Sin embargo, el sistema monetario por medio de un vago acoplamiento conceptual, ejerce un control generalizado sobre el sistema de materia-energía al que está sobreimpuesto.
A pesar de sus incompatibilidades inherentes, estos dos sistemas, a través de los dos últimos siglos han tenido una característica en común, El crecimiento exponencial, lo cual ha posibilitado una co-existencia razonablemente estable. Pero, por varias razones, es imposible para el sistema materia-energía el sostener el crecimiento exponencial mas allá de unas cuantas decenas de multiplicaciones por dos y esta fase está a punto de terminar. El sistema monetario no conoce tales límites, y, de acuerdo a una de sus reglas fundamentales, debe de continuar creciendo al ritmo del interés compuesto. Esta disparidad entre el sistema monetario que continúa creciendo exponencialmente y un sistema físico que no puede sostenerlo conlleva a un incremento relativo en el tiempo de la masa monetaria en relación a la producción del sistema físico. Esto se manifiesta como inflación. Resulta aparente que la tramoya está a punto para un exámen crítico del problema, y que de este examen, si una resolución catastrófica puede ser evitada, será inevitable la emergencia de de lo que el historiador de la ciencia thomas S. Kuhn ha llamado una magna revolución científica e intelectual.
M. King Hubbert, 1981, Dos sistemas intelectuales: Materia energía y la cultura monetaria 1981
M. King Hubbert, 1981, Dos sistemas intelectuales: Materia energía y la cultura monetaria 1981
Elites en disputa por un proyecto de nación que porta de un lado el título
"DELIRIUM TREMENS"
"FATA MORGANA" .
del otro lado...
(Nótese que veo a K. Hubbert, Petrogeólogo de la BP y primer científico en proponer lo que después lleva su nombre “Curva de Hubbert” como el modelo matemático de producción con el cual se trabaja hoy en día como un optimista desesperado en ese lejano 1980 intentando proponer cambios al sistema monetario que hoy en día vivimos. Sin embargo su distingo entre dos sistemas es útil para describir el predicamento presente.
Hubbert en 1956 fue blanco de sorna por predecir con base a su método estadístico que estados Unidos llegaría a su zenit de producción petrolera en 1970 y que de ahí en adelante comenzaría su ocaso productivo. 51 años después se sigue afinando su modelo pero nadie pone en duda su validez
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